En estos momentos se están manifestando en el hall del Municipio, los delegados del gremio municipal de General Pueyrredón, en reclamo de sus negociaciones paritarias. El intendente, Guillermo Montenegro, ofrece un 10% para hacer frente a una inflación del 56%. Vienen de protagonizar dos días de paro y enfrentar la amenaza de descuento de estas jornadas y los docentes municipales la del paro del 4/4.

Además han hecho pública su intención de presentar un proyecto para declarar como esencial el trabajo municipal, lo que se ha traducido en una negación del derecho de huelga, la cual es precisamente la única herramienta para evitar el ajuste al salario y a los servicios públicos.

Durante todos estos 4 años largos de mandato, Montenegro no se ha privado de atacar verbalmente y con la fuerza pública a todos los sectores obreros y populares, mientras hace todo tipo de concesiones al empresariado y los grandes comerciantes. Ahora va por la privatización del estacionamiento medido, por ejemplo. Mientras tanto apoya los despidos y recortes del Milei, con el recorte universitario y educativo se hace el desentendido.

A caballo del triunfo de Milei, ha profundizado, si fuera posible, todos su rasgos represores y reaccionarios e incluso coquetea con la idea de pasarse con armas y bagajes a la Libertad Avanza, el partido que rejunta a lo peor y más corrupto de los viejos partidos. Y no se priva de nada en este rumbo: hasta ha respaldado el nombramiento del repodrido Juez Lijo, en la Corte Suprema nacional.

La ciudad, como el país, en estos 5 meses está siendo recorrida por sucesivas convulsiones producto del plan “motosierra” y de la disposición a la entrega de todos los recursos a los especuladores locales e internacionales del gobierno libertario: desde la derogación de las regulaciones en la pesca a la concreción de despidos en dependencias estatales, y ahora también privados, pasando por todos los síntomas de un salto en la descomposición social (delitos, crímenes, violencia en todos los ámbitos, incremento del narcotráfico, etc.); el corte de la atención de la salud (crisis del IOMA, falta de pago de salarios en clínicas, Hospital Regional abandonado, entre otros); y los recortes directos y abusivos en la educación pública.

En este cuadro, que no se agota en estas líneas, si la oposición patronal estuvo pintada ahora ya es una caricatura: se reúne cotidianamente con Montenegro para votar “ciudadanos ilustres”, y otras pavadas por el estilo, sin que digan “MU” por ejemplo frente a un boletazo que llevó a $750 el boleto urbano, uno de los mas altos del país.

Mientras la política patronal se cocina en esta salsa, el movimiento obrero y popular pugna por abrirse paso: las jornadas de fuerte movilización del 20 de diciembre fue el puntapié inicial de una iniciativa que continuó en las masivas jornadas del paro nacional del 24/1, en las movidas esforzadas e inclaudicables del movimiento piquetero independiente, en una histórica marcha el 24/3 y en las numerosas respuestas de lucha frente a los despidos estatales y empresas privadas, aisladas y/o bloqueadas por la burocracia sindical.

La próxima parada es la marcha universitaria del 23 de abril, en un marco de emergencia presupuestaria producto del ajuste brutal que aplica el Ejecutivo en complicidad con los gobernadores. Los 4 mil estudiantes, docentes y afines que marchamos el jueves 11 podemos generar un punto de inflexión en la situación política. Claramente la Universidad de Mar del Plata era un gigante dormido que empieza a despertar: con sus más de 70.000 integrantes entre alumnos, profesores y trabajadores, además con múltiples vínculos con el Conicet, Inidep, etc., amenaza el carácter pasivo que pretenden darle la CGT-CTAs a su paro dominguero y negociado del 9/5.

La reacción a la motosierra y licuadora aplicadas al salario, a la educación y en este caso a la Universidad, puede desencadenar un nuevo cuadro político, con grandes repercusiones en el frente gobernante en la ciudad y un gran punto de apoyo para derrotar al gobierno gorila de Montenegro, de la mano de los trabajadores.

Vamos por una enorme y masiva marcha universitaria, por el presupuesto y el salario mínimo igual a la canasta familiar, en defensa del derecho a reclamar, por un salario mínimo igual a la canasta básica y paritarias acordes a la inflación, por la reincorporación en el Conicet, Inidep, Anses y ministerios. Por la reincorporación en Pepsico.

Organicemos una gran Asamblea de Trabajadores Ocupados y Desocupados que discuta un plan de lucha y la huelga general.

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