Políticas

23/4/2024

Por cadena nacional, Milei celebra un ajuste sin futuro

La política oficial está llevando la economía y la recaudación al piso, cuando enfrenta fuertes movilizaciones populares.

Javier Milei.

El presidente Javier Milei se valió de la cadena nacional para intentar retomar la agenda política en las vísperas de una masiva convocatoria para marchar contra el ajuste a la educación pública. El eje del discurso presidencial –grabado y redactado- fue la “celebración” del superávit financiero del 0,2% del PIB para el primer trimestre de año, al costo de un ajuste y una política impositiva contradictoria e insostenible en el tiempo.

Milei destacó que su plan económico tiene “más de motosierra que de licuadora” –algo que no es tan así- para reivindicar el ajuste del 87% en la obra pública, despidos entre los trabajadores estatales, el cierre de dependencias y programas del cual dependen millones de trabajadores, etc.

La reivindicación de la motosierra por sobre la licuadora es a los fines de intentar disimular el ajuste sobre los jubilados, trabajadores, educación, salud, vivienda, políticas asistenciales y alimentarias que han llevado los indicadores de pobreza al 60% de la población.

Los números y proyecciones presentados por el presidente son una farsa. La caída de la actividad económica, debida al ajuste en marcha, está produciendo un desplome de la recaudación fiscal por la contracción del consumo, los salarios y las jubilaciones; reflejo de un sistema impositivo totalmente regresivo, que descansa sobre los trabajadores y el consumo.

El superávit que celebra Milei responde a una situación residual de enero y febrero, con una fuerte retracción del gasto insostenible en el tiempo. Marzo arrojó un déficit financiero y primario (según la Asociación Argentina de Presupuesto), cuando aún resta encaminar el grueso de la política fiscal y económica del país.

Los ingresos de la Administración Pública Nacional (APN) están sufriendo una abrupta caída interanual, que para marzo implicó un derrumbe del 14,1%, signado por la caída de la recaudación del IVA (-30,5%) y las Contribuciones a la Seguridad Social, que se desploman al ritmo de la caída general de los salarios.

Según el Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf) estamos ante la recaudación tributaria nacional total del primer trimestre más baja de los últimos 9 años. La contraparte de esta caída es lo recaudado en concepto de Impuesto País –un gravamen “contrario” a las ideas “liberales” del presidente”. Que creció un 318% interanual a marzo del 2024.

Milei afirmó en su lectura que “cada peso que le sobre al Estado nacional, lejos de aumentar el gasto, será devuelto a los argentinos a través de reducciones de impuestos”, sin embargo no hay previsiones inmediatas de eliminación del Impuesto País, y el gobierno envía un paquete de leyes al Congreso con nuevos gravámenes contra los trabajadores, como el restablecimiento de Ganancias sobre la cuarta categoría. Además, se trata de un gran fraude, debido a que lo que no deja de crecer son los pagos de deuda, que benefician directamente al capital financiero.

Cuando el presidente habla de los “argentinos” se refiere a los capitalistas, particularmente los “extranjeros”, quienes gozarán de un blanqueo de capitales y beneficios impositivos. Cuando Mieli afirma que “la retracción del fisco devolverá al sector privado 15 puntos del PIB en forma de ahorro, que permitirán financiar la inversión que genera crecimiento económico genuino…” se refiere a una política de ganancias para los capitalistas.

El superávit ocasional que celebra Milei es el resultado, por ejemplo, de la crisis educativa que el gobierno aún no ha resuelto. Lo mismo ocurre en materia de obras públicas, jubilaciones, asistencia social, salarios, etc. El gobierno vende la piel el oso antes de cazarlo.

En materia de ingresos fiscales ocurre algo similar. Milei deposita fuertes “expectativas” en “la combinación de sectores que se expanden por la corrección de precios relativos, como son la minería, el petróleo, el gas y el campo”, mientras intenta aprobar un Régimen de Grandes Inversiones con rebajas impositivas e “ingresos cero” para el fisco. Cabe destacar que la política fiscal del gobierno fue lo que generó crisis entre los propios capitalistas e hizo caer la primera versión de la Ley Ómnibus.

Milei también afirmó, falazmente, que “la recomposición de los salarios reales (…) hoy ha empezado a tomar lugar de la mano de una menor inflación”, cuando lo que ocurre es todo lo contrario: el gobierno pisa las paritarias para que se imponga la licuación de los salarios ante las subas generales de los precios y tarifas, lo que está llevando la economía a una depresión. Todos los estudios, incluso los oficiales, detallan una caída real en los salarios. Milei miente descaradamente.

La situación actual del país es insostenible en el tiempo. Presentar un resultado fiscal forzado a la medida de las necesidades oficiales es un acto de desesperación política, cuando la movilización popular vuelve a colocar sobre el tapete el crecimiento de la bronca contra este gobierno ajustador. El principal problema para los capitalistas no es de orden fiscal, sino la imposición a los trabajadores de nuevas y peores condiciones laborales y salariales. De allí el apoyo unánime de los políticos capitalistas a distintos proyectos de reforma laboral antiobrera.

Derrotemos el plan de ajuste antiobrero y antipopular del gobierno con la movilización popular, comenzando por la defensa de la educación pública con cientos de miles de estudiantes y trabajadores en las calles.

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