Políticas

13/2/2020|1581

No al FMI, sí a las jubilaciones y el salario

El gobierno de Alberto Fernández realizó estos días numerosas reuniones con jefes de Estado imperialistas y funcionarios del FMI. Las festejó como si fueran importantes victorias.


Pero, como ya vimos con el gobierno de Macri, las palmadas en la espalda que le dan al Presidente no son garantía de resultado alguno.


Fernández volvió al país a tiempo para ver fracasar la oferta de reestructuración de la deuda del Bono Dual. Esto se suma al fiasco de la negociación de Kicillof por la deuda bonaerense. El capital financiero le está tomando el tiempo a los “nacionales y populares”. Es claro que con un poco de presión puede hacerlos retroceder y extraer jugosos beneficios.


Ahora, el FMI llegó al país para una prolongada visita.


Los Fernández aseguraron que no aceptarían la tutela de los organismos internacionales.Pero le presentaron al Fondo un plan económico de ajuste para lograr que interceda en la negociación con los bonistas.


Quienes aseguraron que era posible seguir pagando la deuda usuraria sin afectar a trabajadores ni jubilados se desmintieron en tiempo récord. La movilidad jubilatoria establecida por Macri (y repudiada por los jubilados por escasa) fue anulada diciendo que era “impagable”.


El pago a los acreedores de la provincia de Buenos Aires al contado contrasta con el pago demorado a los docentes. Y con una paritaria a la que Kicillof ha concurrido sin propuesta de aumento salarial.


La deuda externa es un mecanismo de dominación y saqueo. El Frente de Izquierda ha convocado a movilizarse en repudio a la delegación del FMI y al acuerdo de los políticos patronales en el Congreso para subordinar toda a economía nacional al pago de la deuda.


Cortando el pago de la deuda podemos reorganizar la economía nacional alrededor de salarios y jubilaciones que cubran la canasta familiar. Podemos reactivar la industria y la construcción, nacionalizando la banca, el comercio exterior y los recursos estratégicos bajo la batuta de los trabajadores.


O rompemos las cadenas de sometimiento y tomamos un camino independiente, o condenamos al pueblo argentino a una miseria mayor para el beneficio del capital financiero internacional y sus socios locales.


En Plaza de Mayo, el FIT-U, el movimiento piquetero de lucha y los sindicatos combativos hemos marcado un camino.