Políticas

13/2/2020

Los encuentros de Fernández y la CGT son para conspirar contra el salario

La ronda de reuniones de Alberto Fernández con las cúpulas sindicales que comenzó con Hugo Moyano el mismo día de la llegada del FMI, y siguió con Héctor Daer de la CGT, tiene por objetivo ponerle un cepo a los salarios.


Los encuentros seguirán con otros dirigentes de la CGT y CTA, en los próximos días.


El presidente Fernández busca “moderar” los reclamos salariales para que ninguno supere la inflación e impedir la recuperación de lo perdido el año pasado. Es fundamentalmente por este motivo que ha pedido a los gremios que desistan de la cláusula gatillo que ata los salarios a la inflación, y que los acuerdos por venir sean de sumas fijas y tramos cortos de 3 o 4 meses, con el objetivo de “desindexar” los salarios, es decir, poder rebajarlos.


Es sabido que estos requerimientos del gobierno son tan impopulares que generan reticencias en la burocracia. No han sido aceptados por algunos gremios; por su parte Camioneros cerró por seis meses un 26,5%, Utedyc un 20% por 7 meses, y tanto el Smata como Sanidad que lidera Daer aplicaron la cláusula gatillo para el último período del 2019. 


La preocupación de Fernández de lograr el condicionamiento a los aumentos salariales es el motivo de las reuniones con las cúpulas sindicales, y no casualmente se da al mismo tiempo que el gobierno se reúne con el FMI para escuchar los condicionamientos de los bonistas hacia el propio gobierno, y que serán a costa de los trabajadores.


Las respuestas de Moyano no trascendieron, pero su asistencia a la exposición del ministro Martín Guzmán en el Congreso, da cuenta que no saca los pies del plato del “acuerdo de paz social”, siendo esta la carta que tiene el gobierno para ofrecer al FMI. 


Daer, casi como un vocero del gobierno, afirmó al salir de la reunión con el presidente que "lo más importante para estos días es que tengamos éxito en la renegociación de la deuda" (La Nación, 13/2), poniendo de manifiesto que el acuerdo con el FMI y sus condicionamientos, es el eje ordenador del gobierno.


Lo más importante para los trabajadores es la defensa del salario y de los puestos de trabajo, que sólo se puede llevar adelante con un rumbo independiente del gobierno y de las burocracias de la CGT y la CTA integradas al mismo. Por un congreso de delegados con mandato de asamblea que resuelva un plan de lucha por la defensa del poder adquisitivo de los trabajadores.