Políticas

4/8/2008|890

Elección y crisis política

La mejor elección del PO


Las elecciones provinciales registraron una abstención del 45%, que superó incluso a la registrada en las nacionales de octubre de 2003, que fue del 43%. En la capital, el porcentaje de abstención llegó al 52%. El gobierno y el Frente Cívico alentaron esta tendencia ante la posibilidad de que el repudio se pudiera canalizar positivamente.


 


 


El Frente Cívico y la crisis del gobierno


 


Con un 36% de los votos y sólo un 20% del padrón electoral, el porcentual del Frente Cívico fue el más bajo desde que se constituyó al calor de las marchas por el crimen de María Soledad. Pero esta vez contó, además, con el apoyo de Kirchner. El 90% de los candidatos respondían a la camarilla del ex gobernador Castillo, enfrentada a la del actual gobernador, que tuvo que levantar el acto que había montado en la plaza principal, frente a la Casa de Gobierno, por la falta de público para festejar.


 


 


La crisis del PJ


 


La campaña del PJ estuvo dominada por los enfrentamientos internos entre la camarilla barrionuevista y la de Jalil (que se alineó con Kirchner); además se presentó otra lista, de los Saadi. El PJ y el saadismo realizaron la peor elección histórica provincial. Saadi perdió cuatro de las seis bancas de diputados que renovaba, que fueron a parar a los Barrionuevo.


 


El centroizquierda también retrocedió; el ARI perdió su representación. El PI hizo una elección marginal en la Capital. Los transversales del Frente para la Victoria, constituido por una escisión del PJ, también perdieron a su representante legislativo.


 


El gobierno nacional puso huevos en todas las canastas. Tuvo sus hombres en el Frente Cívico, en la lista del PJ, en la del saadismo, en la de los transversales y en la del vicegobernador Colombo.


 


 


La elección del PO


 


El PO hizo su mejor elección en la provincia. El porcentaje provincial superó el 2,85%, aproximadamente 3.700 votos, cuando la mejor votación, en el 2001, había sido de 3.000 votos, pero con un porcentaje mucho más alto de votantes. Donde hubo efectivamente una campaña organizada, donde se pusieron de pie los comités de apoyo, donde se hizo el trabajo casa por casa, los porcentajes obtenidos fueron muy importantes. El Partido tuvo 300 fiscales efectivos en las elecciones, cubriendo el 40% de las mesas.


 


En Valle Viejo, el segundo departamento de importancia provincial, logramos el 10% de los votos y nos ubicamos como tercera fuerza, superando al saadismo. En la capital, superamos el 5% de los votos (la quinta fuerza), cifra que se acrecienta en algunas barriadas. En Fray Mamerto Esquiú, el nivel de votación superó el 2,5%. En Recreo, la lista de concejales donde se presentó llegó al 2,9%. En el municipio de Aconquija, donde también se presentó lista al Concejo, fuimos terceros y superamos el 4,2%; para diputados el porcentaje llegó al 6%. En Andalgalá, el 1,6%.


 


En el resto de la provincia, donde el Partido no presentaba listas locales y donde no pudo fiscalizar la elección, la votación se redujo literalmente a cero.


 


Los resultados electorales demuestran la completa falta de ilusiones de la población en el gobierno, lo que pronostica que la próxima etapa será altamente conflictiva.